La semana pasada se celebró en los centros educativos del país la Semana de la Seguridad Social, una jornada cuyo fin, según el MEP, era “concientizar, sensibilizar e involucrar a la población estudiantil en la formación de una cultura de promoción y protección de la seguridad social”. Suena relativamente inocente, pero si vemos los detalles notaremos que se trata de un esfuerzo –ni tan velado– de adoctrinamiento ideológico a niños y jóvenes.
La campaña se incluyó dentro del calendario escolar como parte de la convención colectiva que pactó el MEP de Leonardo Garnier con los sindicatos del SEC y Sitracome. La negociación establece que el Ministerio contará con la “coordinación” y la “colaboración” de los sindicatos en el desarrollo de las actividades pedagógicas y en las capacitaciones de los docentes. De inmediato, salta la interrogante: ¿Qué hace el MEP negociando temas de contenido educativo en una convención colectiva que se supone es para regular condiciones de trabajo?
Las guías para la Semana de la Seguridad Social, que distribuyó el Ministerio a los docentes, hacen referencia a “las crisis económicas capitalistas”, al agotamiento del “Estado liberal” y a la importancia de un “Estado social de derecho” basado en los valores de “la solidaridad, la cooperación, la equidad y la justicia social”. Aquí sale a relucir el carácter ideológico de este ejercicio.
A lo largo de los años, el concepto de “Estado social de derecho” ha servido para impulsar la creación de un aparato estatal elefantiásico mediante el cual una camarilla sindical se ha llenado de privilegios y grupos económicos mercantilistas disfrutan de subsidios y protección frente a la competencia. Los políticos gustan de hacer gárgaras con la palabra “social” con el fin de venderle a la población más impuestos, gasto público y regulaciones que, al final de cuentas, nos terminan por empobrecer.
Podemos discrepar sobre las bondades de estas ideas, para lo cual siempre es pertinente el debate político, pero acordar con los sindicatos una campaña para fomentar conceptos manipulados en niños y adolescentes tiene una sola descripción: adoctrinamiento ideológico.
Leonardo Garnier, irresponsablemente, le abrió la puerta a los sindicatos para que influyan en los contenidos educativos y este gobierno del PAC, ni lerdo ni perezoso, ha aprovechado el portillo para lanzar un lavado de “coco” a la población estudiantil. Estamos avisados.
Publicado en La Nación el 4 de mayo del 2015.